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sábado, 9 de noviembre de 2013

LA ASTUCIA DEL ADMINISTRADOR

Jesús refirió la siguiente parábola a sus discípulos:

Cierto hombre rico tenía un administrador que manejaba los bienes de la familia, pero un día comenzaron a circular rumores de que aquel administrador no era honrado. 
El patrón lo llamó un día y le dijo: ¿" Qué es eso que se dice por ahí de me estás robando ? Quiero que ahora mismo me prepares un informe sobre mis bienes, porque no me queda más remedio que despedirte".

El administrador pensó para sí:"Y ahora, ¿qué hago? Fuerzas no tengo para irme a picar piedras, y orgullo me sobra para mendigar. ¡A, ya sé!¡Cuando salga de aquí tendré amigos que me reciban!"
Invitó, pues, a los que debían dinero al hombre rico. Al primero que se presentó le preguntó:"¿Cuánto le debes?" "Cien barriles de aceite de oliva", respondió."Exactamente, dijo el administrador."Aquí está el contrato que firmaste. Rómpelo y haz otro por cincuenta barriles".
Y al siguiente deudor le preguntó:"¿Cuánto le debes?" "Cien medidas de trigo"."Sí aquí está la nota.Pero vamos a anotar que debes ochenta".

El patrón de aquel hombre no pudo dejar de admirar la sagacidad del administrador. Tristemente, la gente del mundo es más  sagaz en su maldad que los hijos de Dios. Pero ¿debemos acaso hacer lo mismo?¿Debemos ganar amigos con artimañas?¡No! El que es fiel en lo poco es fiel en lo mucho.
Si no somos fieles en cuanto a las insignificantes riquezas de este mundo,¿cómo podremos serlo en cuanto a las riquezas celestiales? Si no eres fiel en cuanto al dinero de los demás, no se te podrá confiar ni siquiera lo que es tuyo.

Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y mostrará lealtad al otro, o viceversa: mostrará lealtad a uno y aborrecerá al otro. Nadie puede servir a la vez a Dios y al dinero.
Los fariseos, que vivían apegado al dinero, naturalmente se burlaron de El. -Sí, en público se hacen los muy justos -les respondió Jesús-, pero Dios sabe que tienen perverso el corazón. Aunque ese fingimiento les gana la admiración de la gente, para Dios es una abominación.    Lucas 16:1,15
    Traducción de La Biblia en paráfrasis