Un día los fariseos y los saduceos fueron donde estaba Jesús a pedirle que demostrara su divinidad con alguna señal milagrosa en le cielo.
-De veras me sorprende - les respondió Jesús -. Ustedes pueden leer las predicciones del tiempo en el cielo. Si el cielo se pone rojo hoy por la tarde saben que habrá buen tiempo mañana; y si por la mañana se pone rojo saben que habrá tempestad.¡ Y no pueden leer las notorias señales de los tiempos! Esta generación perversa e incrédula pide señales en los cielos, pero no verá más señal que la de Jonás.