Antes que nada existiera, ya existía Cristo con Dios. Cristo siempre ha existido porque El es Dios. El creó todo lo que existe; nada existe que El no haya creado. En El está la vida eterna, vida que resplandece sobre la humanidad.
Su vida es la Luz que brilla en la obscuridad, y las tinieblas no pueden extinguirlas. Juan 1:1,5