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sábado, 15 de febrero de 2014

DISCURSO A MIS ESTUDIANTES

Este libro consiste en las conferencias que Carlos H. Spurgeon, el conocido predicador bautista inglés del siglo IXX,llamado "el príncipe de los predicadores" relato dirigido a los estudiantes al ministerio cristiano del Tabernáculo Metropolitano.
Breve relato del libro sobre: ¿ Cómo puede saber un joven si es llamado por el Señor?

" Si un hombre después de un cuidadoso examen de sí mismo, puede descubrir que tiene un motivo diferente del de la gloria de Dios y el bien de las almas, para optar por el pastorado, haría bien en volverse de él inmediatamente; porque el Señor llevará a mal el ingreso de vendedores y compradores en su templo: la introducción de cualquiera cosa mercenaria, aun en el menor grado, será como la mosca en el bote de ungüento, y todo lo echará a perder.

 Este deseo debe ser tal que persista en nosotros,una pasión que resista toda clase de pruebas; un anhelo del cual nos sea imposible escapar, aunque hayamos procurado hacerlo; un deseo, en suma, que crezca más intensamente con el transcurso de los años, hasta que llegue a convertirse en ahinco, en vehemencia,en hambre de proclamar la Palabra.

Este intenso deseo es una cosa tan noble y hermosa, que siempre que lo veo inflamar el pecho de algún joven, me muestro siempre tardo en desanimarle, aun cuando tenga mis dudas con respecto a su actitud. Puede ser necesario, por razones que después os expondré, amortiguar esa llama, pero eso debe hacerse con repugnancia y prudencia.

Tengo un respeto tan profundo por este "fuego en los huesos," que si yo mismo no lo sintiese, dejaría en el acto del ministerio. Si vosotros  no sentís  ese calor vivo y consagrado, os ruego que volváis a vuestras casas y sirváis a Dios en la esfera que os sea propia; pero si estáis asegurados de que arden dentro de vosotros brasas de enebro, no las sofoquéis, a menos que otras consideraciones de gran momento os prueben que ese deseo no es un fuego de origen celestial." 

 

lunes, 10 de febrero de 2014

ROMPIENDO MALOS HÁBITOS

        EL PODER DE LOS HÁBITOS
"Soy tu compañero constante.
soy tu más grande ayuda, o tu más pesada carga.
Te impulsaré hacia las alturas, o te arrastraré al fracaso.
Estoy enteramente a tu disposición.
Tú me necesitas para la mitad de las cosas que haces; y yo estoy listo para hacerlas rápida y correctamente.
Soy fácil de manejar, sólo tienes que ser firme conmigo.
Muéstrame  exactamente cómo quieres que haga las cosas, y tras unas cuantas lecciones las haré automáticamente.
Soy el más fiel siervo de todos los grandes personajes y también de todos los perdedores.
A quienes son grandes, yo los hice así.
A los fracasados, yo los he hecho fracasar.
No soy una máquina, aunque funciono con la misma precisión que ella, no soy humano, pero tengo su inteligencia.
Puedes usarme para obtener ganancias o para quedar en la ruina; a mí me da igual.
Tómame, entréname, sé firme conmigo, y pondré el mundo a tus pies.
Sé indulgente conmigo, y te destruiré. ¿ Quién soy? Soy un hábito?"
Iglesia Evangélica Salem  
 

sábado, 1 de febrero de 2014

¿SOY O NO SOY?

SER O NO SER
La frase es de Shakespeare. Pertenece a un monólogo brillante de Hamlet, en el que, antes de tomar una decisión drástica, se plantea la pregunta vital: ¿Soy o no soy? ¿Voy a actuar de acuerdo a mi identidad, o voy a contradecir con mi forma de actuar todo lo que soy ?

Ser o no ser.Esta frase se ha hecho tan famosa porque en el fondo todos nos identificamos con ella. Todos tenemos en algún momento la duda, y es normal. Ningún animal se ha hecho jamás esta pregunta, pero los hombres y mujeres sí.

Ningún perro se plantea nunca si es o no es un perro, pero las personas sí que nos preguntamos a veces si lo que estamos haciendo es correcto o no, si nos define, si es exactamente lo que deberíamos hacer, y si somos o no somos buenas personas al actuar de una determinada manera.

Especialmente los cristianos. Luchamos con dos naturalezas dentro de nosotros mismos, una que nos impulsa a hacer lo que le agrada a Dios y otra que nos arrastra a hacer aquello que realmente nos apetecería si no tuviéramos que dar cuentas a nadie, ni pagar las consecuencias después. 

Pablo lo define como la lucha entre la carne y el espíritu. Una lucha en la que resulta fundamental obtener la victoria porque, como diría Hamlet, esa es la cuestión, es lo que nos define al final. Pablo dice:"...Andad en el Espíritu y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí para que no hagáis lo que quisiéreis" ( GÁLATAS 5: 16,17 )
BOLETÍN  Salem