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martes, 25 de septiembre de 2012

¡¡ EL MAS GRANDE !!

Normalmente en este blog siempre o casi siempre trato de plasmar textos de las Escrituras (La Biblia.) Traducion de la Reina-Valera,o La Biblia en parafrasis,esta es muy frecuente ¿Por qué lo hago?
Lo hago porque, creo que hay muchas personas que piensan que es un libro muy pero que muy aburrido.¡Errorrrrr! como dice un anuncio pubicitario.En este libro( La Biblia) y con el espiritu que fue escrito, cuando lo leo, me refuerza mi estado de animo en los momentos mas dificiles, y en cualquier circunstancias de la vida.
Mi proposito con este blog es dar a conocer a aquel que ha cambiado mi vida,¡ JESUS! puedo aseguraros que no hay otro como EL,
Yo "me quito el sombrero"delante de todas las personas historicas que han pasado por este mundo,pero El es muy especial para mi.
Reconozco que a vecez, soy un fracaso, pero me faltan palabras para deciros como Jesús me ama,eso es lo que trato de escribir y compartir en este sitio, no lo que me ama a mi sino lo que te ama a ti también.
En otro momento compartiré de la iglesia de la que soy miembro.
Salem en Madrid. Un abrazo

jueves, 13 de septiembre de 2012

CONCILIO JUDIO 3º PARTE

Poco después,tratando por todos los medios de evitar la violencia por temor a que el pueblo los matara si maltrataban a los discípulos, los condujeron ante el concilio. Entonces el sumo sacerdote demandó:
-¿ No les habiamos prohibido que no volvieran a predicar acerca de Jesús? Ustedes han llenado a Jerusalén de sus enseñanzas y tratan de descargar en nosotros la culpa de la muerte de ese hombre.
 - Tenemos que obedecer a Dios antes que a los hombres - respondieron Pedro y los apóstoles-. El Dios de nuestros antepasados resucitó a Jesús, el que ustedes mataron, colgándolo en una cruz. Luego, con su gran poder, lo exaltó a Principe y Salvador, para que el pueblo de Israel tuviera la oportunidad de arrepentirse y alcanzar el  perdón de sus pecados. Nosotros somos testigos de ese milagro, y testigo es también el Espíritu Santo que Dios ha concedido a los que lo obedecen.
Entonces el concilio, rabiando de furia, decidió matarlos. Pero uno de sus miembros, un fariseo llamado Gamaliel, experto en cuestiones de leyes religiosas y muy popular entre el pueblo, pidió la palabra y solicitó que sacaran a los apóstoles del salón para que no escucharan lo que iba a decir. A continuación se dirigió a sus colegas con las siguientes palabras:
 - Varones de Israel, mediten bien lo que van a hacer con estos hombres. Hace algún tiempo se levantó un tal Teudas, al que se le unieron unas cuatrocientas personas; pero murió asesinado y los seguidores se dispersaron sin provocar mayores dolores de cabeza. Después de éste, durante los días del censo, surgió Judas de Galilea, quien logró que muchas personas se hicieran discípulos suyos; pero también murió y sus seguidores se dispersaron. Por lo tanto, recomiendo que dejen tranquilo a estos hombres. Si lo que enseñan y hacen obedece a impulsos personales, pronto se desvanecerá. Mas si es de Dios, ustedes no podrán detenerlos.
 ¡Quién quita que, si lo intentan, un día descubran que han estado peleando contra Dios!
  El concilio aceptó la recomendación, llamó a los apóstoles y después de azotarlos, les exigieron que no volvieran a hablar en el nombre de Jesús. Finalmente, los pusieron en libertad.
 Al salir del concilio, los discípulos iban gozosos de haber sido tenidos por dignos de sufrir ultrajes por la causa de Cristo. Y siguieron enseñando y predicando todos los días, en el Templo y de casa en casa, que Jesús era el Mesías.
                                                       Hechos 5:26,41

miércoles, 5 de septiembre de 2012

CONCILIO JUDIO 2ª PARTE

Mientras hablaban al pueblo, los principales sacerdotes, el jefe de la guardia del Templo y varios de los saduceos se presentaron ante ellos. Enojados porque Pedro y Juan estaban proclamando que Jesús se había levantado de los muertos, los arrestaron y los mantuvieron presos hasta el día siguiente. Pero a pesar de todo, muchos de los que oyeron el mensaje lo creyeron, y el número de los creyentes se elevó a cinco mil hombres.
Al siguiente día se reunió en Jerusalén el concilio de dirigentes judios. Entre los presentes se encontraba Ananias el sumo sacerdote, Caifás, Juan, Alejadro y todos los miembros de la familia pontifical.
Cuando los dos discipulos comparecieron ante ellos, les preguntaron:
-¿Quién les ha dado potestad o autoridad para hacer esto?
   Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les respondió:
 -Distinguidos dirigentes y ancianos de nuestra patria: Si se refieren al bien que les hicimos al lisiado y si desean saber cómo fue sanado, permítanme declarar ante ustedes y ante todo el pueblo de Israel que este hombre recibío la salud en el nombre y mediante el poder de Jesús de Nazaret, el Mesías, el hombre que ustedes crucificaron pero que Dios resucitó. Gracias a El este hombre está hoy aquí sano.
 "Jesús, el Mesías, es el que las Escrituras llaman "la piedra que rechazaron los edificadores, que se convirtió en cabeza de ángulo".
¡ En nigún otro hay salvación ! No hay otro nombre bajo el cielo que los hombres puedan invocar par salvarse.
  Ante la osadía de Pedro y Juan, quienes a todas luces carecían de instrucción profesional, los miembros del concilio se maravillaban y comprendía el alcance de la obra en que Jesús había realizado en ellos. Y no podían negar la curación de aquel hombre que estaba allí mismo de pie junto a ellos. Les ordenaron entonces que salieran de la reunión y continuaron discutiendo el caso.
  -¿ Qué vamos a hacer con estos hombres? - se preguntaban-. No podemos negar que han realizado un gran milagro, porque ya toda Jerusalén está enterada.
Pero quizás podamos evitar que lo sigan divulgando. Digámosle que si este hecho se repite, haremos caer sobre ellos el peso de la ley. Los llamaron, pues, y les ordenaron que no volvieran a hablar de Jesús. Mas Pedro y Juan respondieron:
  -Dígannos, ¿ preferirá Dios que los obedezcamos a ustedes antes que a El ? No podemos dejar de hablar de las maravillas que vimos realizar y que escuchamos junto a Jesús.
  Entonces los volvieron a amenazar, pero luego los soltaron. No hallaban la manera de castigarlos sin suscitar desórdenes, pues no había quien no estuviera alabando a Dios por el portentoso milagro de sanar a un hombre que había estado tullido cuarenta años.
                                                                              Hechos4: 1,22

sábado, 1 de septiembre de 2012

CONCILIO JUDIO 1ª PARTE

El Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob y de nuestros antepasados, a tráves de este milagro ha glorificado a su siervo Jesús, que ustedes rechazaron delante de Pilato, a pesar de que éste estaba resuelto a ponerlo en libertad. No,ustedes no quisieron que libertaran al Santo y Justo; al contrario, demandaron la libertad de un asesino y mataron al autor de la vida. Pero Dios le devolvió la vida, de lo cual Juan y yo somos testigos, porque lo vimos con vida, después de que lo mataron.
Este hombre sanó en el nombre de Jesús, y ustedes saben cuán inválido estaba. La fe en el nombre de Jesús, fe que nos dio el Señor, logró la perfecta curación de este individuo.
Amados hermanos, comprendo que lo que ustedes le hicieron a Jesús lo hicieron en ignorancia, y lo mismo podria decirse de los dirigentes de ustedes, porque Dios estaba cumpliendo asi las profecias acerca de los sufrimientos del Mesias. Arrepiéntanse, pues, cambien de actitud hacia Dios y vuélvanse a El para que El pueda limpiarles sus pecados; para que El les envie desde su misma presencia tiempos de deleitoso refrigerio, y para que les envie de nuevo al Mesías, quien ha de permanecer en el cielo hasta que todas las cosas queden libres de los efectos del pecado, como está profetizado desde tiempos remotos.
Moisés, por ejemplo, hace siglos dijo:" Dios el Señor levantará entre  ustedes un profeta parecido a mi. Presten esmerada atención a cuanto él les diga. Quien no lo escuche será totalmente destruido". 
Samuel y los profetas que le sucedieron hablaron de lo que está sucediendo hoy en día. Ustedes son los hijos de aquellos profetas y están incluidos entre los beneficiarios de la promesa que Dios les hiciera a nuestros antepasados, de bendecir al mundo entero a través de la raza judía. Dios se lo prometió así a Abraham. Y cuando Dios le devolvió la vida a su Siervo, lo envió primero a ustedes los israelitas, a fin de concederles la bendición de poder apartarse del pecado.          Hechos 3: 13, 26