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domingo, 29 de julio de 2012

LAS MULAS DE LOS REYES DE ISRAEL 1ª PARTE

....-Lleven a Salomón y a mis oficiales a Gihón. Salomón cabalgará en mi mula, y Sadoc el sacerdote y Natán el profeta lo  ungirán allí como rey de Israel. Luego hagan sonar las trompetas y aclamen: "¡ Viva el rey Salomón!" Cuando ustedes lo traigan de regreso, siéntenlo en mi trono como el nuevo rey. Porque yo lo he designado a él como rey de Israel y Judá.
- Amen. Alabado sea Dios - contestó Benaia -, Quiera Jehová estar con Salomón como ha estado contigo y quiera Dios que el reino de Salomón sea aún más grande que el tuyo.
Sadoc el sacerdote, Natán el profeta, Benaia y la guardia personal de David llevaron a Salomón a Gihón, cabalgando sobre la mula de David....
                                  1º de Reyes 1:33,38
Nuestro señor el rey David ha proclamado como rey  a Salomón - gritó Jonatán -. El rey lo envió a Gihón con Sadoc el sacerdote, Natán el profeta y Benaía  protegido por la misma guardia personal del rey. Salomón cabalga en la mula del rey. Sadoc y Natán lo han ungido como nuevo rey.
Acaban de regresar y toda la ciudad está celebrando y regocijándose por el hecho. A esto se debe todo este alboroto. Salomón está sentado en el trono, y todo el pueblo está felicitando al rey David y dice: "¡ Que Dios te bendiga aún más a través de Salomón de lo que te ha bendecido personalmente. Que Dios haga el reino de Salomón aún más grande que el tuyo!"
                                         1ª de Reyes1:43,47
A medida que se acercaba el tiempo de su muerte, el rey David hizo estos encargos a su hijo Salomón:
- Yo voy a donde cada hombre que pisa la tierra debe ir algún día.Confío en ti, en que serás un sucesor poderoso y digno.
Obedece las leyes de Dios y sigue todos sus caminos; guarda cada uno de sus mandamientos escritos en la ley de Moisés para que prosperes en todo lo que hagas y en todo lo que emprendas. Si haces esto, Jehová cumplirá la promesa que me dio, que si mi hijo y sus descendientes observaban sus caminos y le eran fieles, uno de ellos sería rey sobre Israel, y mi dinastía jamás tendría fin.
                                                                   1ª de Reyes 2:1,4

viernes, 13 de julio de 2012

¿ CUAL ES EL MOTIVO?

Dios nos dio emociones para que pudiéramos adorarlo con sentimientos intensos; pero esas emociones deberían ser genuinas, no fingidas.Dios odia la hipocresía. No quiere teatralidad ni fingimiento ni farsas en la adoración. Quiere nuestro amor sincero y verdadero. Podemos adorarlo con imperfecciones, pero no con falta de sinceridad. Por supuesto, la sinceridad por si sola no es suficiente; podemos ser sinceros y estar equivocados. Por eso se necesitan tanto el espíritu como la verdad. La adoración debe ser veraz y auténtica. La adoración que agrada a Dios es profundamente emocional y doctrinal. Con nuestro corazón y nuestra cabeza. Muchas personas confunden las emociones conmovedoras producida por la musica con las estimuladas por el Espíritu, pero no son iguales. La verdadera adoración ocurre cuando nuestro espíritu responde a Dios, no a una melodía. En realidad, algunas canciones sentimentales e introspectivas  entorpecen la adoración porque  de  concentrarnos en Dios, pasamos a enfocarnos en nuestros sentimientos. Cuando adoramos, el factor de mayor distracción somos nosotros mismos: nuestro intereses y preocupaciones acerca de la impresión que damos.                                      Del libro Una vida con propósito

jueves, 5 de julio de 2012

LAS DEUDAS

Paga las deudas, excepto las deudas de amor hacia otros; pues éstas nunca se terminan de pagar. Al amarlos estarás obedeciendo la ley de Dios y satisfaciendo sus demandas. Porque si amas a tu prójimo como a ti mismo, jamás sentirás deseo de perjudicarlo,engañarlo,matarlo ni robarle; jamás pecarás con su esposa ni desearás lo que le pertenece. No harás contra él nada que los Diez Mandamientos prohíban, porque todos se resumen en:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
El amor no hace mal a nadie y, por lo tanto, satisface las demandas de Dios. Es la única ley que necesitamos.         ROMANOS 13: 8, 10